13 febrero 2012

"La indómita luz se hizo carne..."


No sé si me gusta la música de Luis Alberto Spinetta.
Habiéndome enterado ayer que había muerto el 8 de febrero, es un pensamiento que he vuelto a cavilar.
Pero aparte de mi gusto por su música, declaro que ella forma parte indisoluble de mi “banda sonora”. Ha estado presente en muchos momentos de mi vida, he regalado su música –en casete-, me han prestado algún disco, incluso tenía un casete de él, creo que con Fito Páez.
Pero sin lugar a dudas, hay una canción crucial, definitiva para mí: “Rezo por vos” que escribió con Charly García, otro imborrable de los sonidos biográficos (ver post “vivos y decadentes”).
Aún rememoro el concierto del año 1985 en el velódromo del Estadio Nacional de Santiago, cuando Charly presentó la canción. Como tengo una memoria privilegiada para frases, imágenes o recuerdos “inútiles”, llevo grabado cuando dijo: “Esta canción la compuse con Luis Alberto Spinetta, que ojalá venga pronto a volarles un poco…. ¡¡¡¡¡Uh!!!!!!" Y sonó el inconfundible compás acompañado con las palmas, para incorporar después los acordes. Desde ese día, es una canción inseparable, que vuelve a mi memoria con frecuencia, que la busco en días que puedo estar triste o mal, en días que me siento poderoso e iluminado o cualquier día cuando quiero acordarme de ella. Y versiones de esta canción hay muchas, pero una, que hicieron juntos es para mí de las mejores, es como un ensayo, fresca, imperfecta, espontánea, con la libertad para felicitarse el uno al otro entre los versos.
A Spinetta lo han llamado un poeta del rock argentino y puede ser. Puede ser también que a mí me cueste entender su poesía, sus letras a veces enrevesadas. También me cuesta su voz, con esa vibración tan única y tan complicada.
Vienen a mí las letras, trocitos de ellas que no he alcanzado a aprender, pero que aparecen:
“Violeta es el color, de tu flash / Violeta es el color de tu espejo de cristal”.
es un verso que aflora muchas veces cuando veo ese color o escucho ese nombre;
"No seas fanática, fanática, nena”; otra canción de las que están ahí, que atacan en cualquier momento, que incluso no recordaba que es de él hasta ahora que estoy escribiendo esta entrada:
“Muchacha ojos de papel,
¿adónde vas? Quédate hasta el alba.
Muchacha pequeños pies,
no corras más. Quédate hasta el alba.
Sueña un sueño despacito entre mis manos
hasta que por la ventana suba el sol.
Muchacha piel de rayón,
no corras más. Tu tiempo es hoy”
El nombre de sus discos es un capítulo aparte, originales y sorprendentes: Durazno Sangrando, Los niños que escriben en el cielo, La lala (con Fito Páez, creo que éste es el casete que tuve, y si no fue mío, igual lo tuve), Pelusón of milk (me encanta), Camalotus, Fuego gris, son ejemplos dentro de una larguísima lista.
Spinetta tenía 22 años más que yo. Se ha muerto. No es el primero de los grandes del rock argentino que se muere, pero sí lo hace de cáncer y a una edad en que es más esperable que se muera. Es también una señal que mis cuarenta son de verdad cuarenta.
A veces me gustaba Spinetta, a veces no me gustaba o había canciones que disfrutaba un día pero en otra estación no. Quizá como la poesía, quizá como los estados de ánimo.
Si creemos, creamos que ahora está entre los ángeles, los santos y los mártires, volándoles un poco ¡¡¡¡Uh!!!!
Rezo por Vos
La indómita luz
se hizo carne en mí
y lo dejé todo por esta soledad
y leo revistas,
en la tentación
mi cuerpo se cae
y solo veo la cruz al amanecer
entonces rezo
rezo por vos.
Morí por no morir
y me abracé al dolor
y lo dejé todo por esta soledad
ya se hizo de noche,
y ahora estoy aquí
hice el sacrificio (nena)
y abracé la cruz
al amanecer
entonces rezo
rezo por vos.
Y curé mis heridas
y me encendí de amor
y quemé las cortinas
y me encendí de amor,
de amor sagrado.
Y entonces rezo
entonces rezo y rezo por vos.