02 enero 2007

Lo que Salamanca non presta, nadie te lo quita


Baco.


01 de enero 2007. 00:01 hrs. Salamanca. Plaza Mayor.

Campanadas y uvas, champaña y petardos. El escenario es imponente, la plaza Mayor, construída en el siglo XVIII llena de gente con ganas de celebrar. Estoy rodeado de Portugueses. Más de la mitad de las personas que están celebrando "la noche vieja" en Salamanca son portugueses, familias completas, grupos de todas las edades. El ánimo y la alegría aplacan un poco el intenso frío que hace a esa hora y a todas las horas, porque las temperaturas no superan los 10 grados en el día y corre brisa.
Un grupo de ecuatorianos con bandera hace trencito por la plaza, los portugueses responden con cánticos futboleros, los salamantinos apenas responden con una rechifla.
Los más jóvenes se van a locales nocturnos cercanos a la plaza mayor, el Camelot está casi frente al monumento a Unamuno, otros están repartidos cerca de la universidad o a pasos de la catedral nueva (y la vieja porque son contiguas). Estoicamente hacen fila para mostrar su ticket comprado con anticipación. Parece una gran fiesta de graduación o un matrimonio, las chicas lucen vestidos de gala (la mayoría muy cortos) y sofisticados vestidos. Los chicos han sacado ternos nuevos, vistosas corbatas, algunos parecen jóvenes gangsters, mucho zapato blanco y en punta, mucho gel y pelos peinados uno a uno. Mucho look, es año nuevo.

El año nuevo mezcla emociones. Están los buenos deseos para el que comienza, una suerte de "ahora sí", o más aún: "este año sí que sí". Un deseo carnavalesco de desquite, como si en una noche nos deshacemos de todo lo que cargamos en el año ido; o nos celebramos por todo lo que no vamos a celebrar en el año que viene. Una euforia estructural de la que hay que ser muy raro para quedarse afuera (yo tengo un largo prontuario de rarezas añonueveras).

A propósito de extrañeza para celebrar. Caigo en cuenta que hace varios años que mi cambio de año no coincide con el calendario. Los años le ponen un nombre a mis ciclos, así por ejemplo, el 2003 terminó en abril del 2004 cuando me embarqué a Italia, cerrando ahí el período de Orbi, separación, licencia por depresión, renuncia laboral. El 2004 se extendió hasta junio del 2005 cuando por fin estrenamos el documental "Racconti di una Emigrazione" (un año largo, 14 meses). El 2006 comenzó en febrero cuando nos fuimos de vacaciones con Cabe y Fabio. Y el 2006 terminó el 08 de octubre del 2006. Cuando me subí al avión rumbo a Madrid, para embarcarme a Dakar. La sensación de hablar del "año pasado hice tal cosa", "el año pasado fui a tal parte" cuando estaba en noviembre. Pero mis ciclos son así. No siempre coinciden con calendarios ni agendas. No es casual si nací un mes después de cuando debí haber nacido. "Pero esa, pequeño Adams, es otra historia".

Feliz Año nuevo y ojalá que este año, este año sí que sí.

2 comentarios:

Silvana dijo...

Aun sigo fiel a la lectura de tu blog, aun que ya no estas en Africa.

El año nuevo para mi empezará en otra fecha.

Te mando un abrazo

Machuca dijo...

Hola ELBER, al fin puedo escribirte, ya que tuve proiblemas técnicos para entarara tu blog, pero he ido siguiendo tu viaje paso a paso.
Priemero que toso un abrazote gigante por navidad, año nuevo y por que cuando los amigos están lejos, como que se hechan más de menos.
Hemos rezado mucho po tí y para que en tu camino se crucen buenas personas y experiencias de todo corazón, y al parecer así a ha sido.
Te cuentoq que la Victoria ya tioene 7 meses y dos dientes y la Pauly aprendió a leer y escribir. Jorge en Conaf y yo de vacaciones.
Mucho ánimo amigo mío y recorre el mundo por nosotros para traernos tus aventuras.
Cariños ,,.. Peque. una hermana del viento.