24 octubre 2006

Sonrisas, hierro y holandeses

Madrugada del 24 de octubre. Tren entre Choan y Noadibu.

Es noche cerrada, vamos en el primer carro de un extenso tren de carga que lleva hierro desde unas minas en el nor oriente de Mauritania al puerto de Noadivu. La locomotora corta un poco el viento, Roccus, Afka y yo vamos pegados al borde delantero del carro, Mijail va algunos metros mas atras. Sentados varias horas sobre el material extraido de la mina, la tierra y las piedras con hierro son nuestro colchon. El polvo que se levanta es asfixiante, llevamos puestos unas telas enrolladas sobre nuestras cabezas y tapando bocas y narices al modo de los Tuareg, igual es dificil respirar. Cruzamos las dunas del borde sur del Sahara, las estrellas sobre nosotros.
La temperatura baja, se disipan los treinta y tantos grados que hacian a las siete de la tarde cuando lo abordamos. Este tren es gratis para los que se van sobre la carga y dura 12 horas. Luego de los primeros minutos de agitacion con la subida en movimiento, el viento y la velocidad que va tomando, nos acomodabamos como podiamos, abriendo espacio con los pies entre el material ferroso. Yo alucino, por momentos me cuesta creer que este en ese lugar, a esa hora, en esas condiciones. Miro las estrellas y un torbellino de emociones me envuelve aun mas que el polvo del desierto y del mineral.

19 de Octubre 2006. Terminal de Taxibrousse de Nouakchott.

El primer taxi que tome para llegar aca me timo, me dejo en cualquier parte menos en el terminal para Atar. No es caro pero me dio una rabia "ojala que Ala te..." en reqlidad no vale la pena, Cristian Gonzalez dice que el resentimiento es el veneno que yo me tomo esperando que se muera el otro.
Ya pague mi espacio en el vehiculo, espero que se llene imaginando como seran los tres que ocuparan los espacios que faltan. De pronto desde un taxi se bajan tres rubitos, dos hommbres y una mujer. Instantaneamente nos miramos buscando comlicidad entre tanta gente diferente a nosotros. Me acerco y conversamos, son holandeses. Luego de la negociacion sin resultados se van en el mismo taxibrousse que yo. Somos 6 mas el chofer en un sedan de 4 puertas, uno de los holandeses debe medir por lo menos 1,90. El trayecto de 7 horas con parada a tomar te y fumar varias veces nos deja en Atar al atar...decer.
Es un lugar maravilloso, no tanto por su belleza como por la sensacion de paz que senti desde el principio, gente amable. Hasta los 6 o 7 caza turistas para los albergues me parecieron simpaticos. Caminamos entre las casas de adobe rumbo al Auberge y Campin Bab Sahara. El lugar tiene un gran parecido con San Pedro de Atacama, pero la gente viste con gran sabana celeste, el bubu, pantalones blancos medio abombados y un genero largo al cuello que lo ponen de turbante con el viento. Las mujeres todas con velo, unas pocas con ropa mas del sur que islamica.
Me siento a mis anchas, estaba cansado de las ciudades y esta era el Africa que esperaba encontrar. Los ninos en las calles nos gritan Mesiè; Mesiè, y piden igual pero alegres, sin dramatismo.
En la noche buscamos donde cenar y caimos sin saber como en un restoran que mas parecia una cocineria, es para gente del pueblo, no para turistas. La Mujer que atendia, Jannes Suarreb, es una negra puro amor y disposicion, nios sirvio unos fideos caseros no muy abundantes pero sabrosos. Aprovechamos de conocernos con mis compagneros de viaje, con los cuales compartire los siguientes dias.
Volvimos al albergue y nos acostamos a dormir sobre una terraza, bajo las estrellas, no hace frio y no hay mosquitos, el aire es fresco.
Es el dia mas feliz y disfrutado desde que estoy en Africa.

1 comentario:

Silvana dijo...

Me alegre de leer tus aventuras y me tranquiliza saber que no estas viajando solo, Los holandeses son bien super para viajar con ellos.

Tus aventuras superan ampliamente las mias, siento una envidia sana de tu viaje.

Espero tu proximo capítulo,............. que maravillosos son los blogs, no dejes de escribir


Un abrazo


Silvana